Investigaciones
El aspecto científico de InNERDANCE: FRECUENCIAS, SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO, CONCIENCIA Y CURACIÓN
El aspecto científico de innerdance se basa en un estado intuitivo y físico de conciencia expandida, que sirve como portal para la curación y proporciona una comprensión más profunda de quiénes y qué somos. Estudios y testimonios respaldan la eficacia de este método y muestran cómo estados específicos de conciencia pueden promover procesos de curación.
La música tiene un efecto profundo en el cuerpo y la mente, ya que es capaz de influir en los procesos neuronales y sincronizarnos con su ritmo. Los mejores DJs saben cómo influir en nuestras ondas cerebrales a través de experiencias sonoras específicas y crear una armonía entre ambos hemisferios del cerebro. Especialmente el hemisferio derecho del cerebro se estimula con la música, ya que abarca lenguajes no verbales, recuerdos subconscientes y estados de ser profundamente sentidos. La música no solo funciona como una forma de comunicación, sino también como un sistema de memoria que se remonta a nuestros orígenes biológicos: una época en la que el ritmo y el sonido eran las primeras formas de expresión de la humanidad.
Estos ritmos, que siempre han estado presentes en la naturaleza y en el cosmos, han influido en el comportamiento humano y en el desarrollo de la conciencia y el lenguaje. Sonidos como tambores, cantos o zumbidos representaron las primeras formas de comunicación colectiva, que crearon comunidad e identidad. En prácticas modernas como en innerdance, esta antigua resonancia se revive. Los participantes de esta práctica a menudo se mueven intuitivamente, como si recordaran gestos y formas de danza tempranas, y entran en sintonía con los ritmos naturales de la música y los ciclos planetarios.
El sistema nervioso vegetativo juega un papel importante en el procesamiento de estas experiencias musicales y corporales. Consta de dos nervios principales: el simpático y el parasimpático. El simpático es responsable de la activación del cuerpo en situaciones estresantes (tensión), mientras que el parasimpático es responsable de la relajación y la recuperación. Durante una sesión de innerdance, frecuencias específicas provocan una coactivación de la actividad simpática y parasimpática, lo que inicia una profunda experiencia física y energética.
La activación simultánea de ambos sistemas promueve una especie de “fusión” de tensión y relajación, de actividad y descanso, que permite al participante experimentar sus miedos y bloqueos de una nueva manera. El cuerpo aprende no solo a vivir estas reacciones, sino también a transformarlas. Bloqueos, traumas y patrones antiguos que ya no son útiles se disuelven profundamente.
El núcleo supraquiasmático (NSQ) en el cerebro, conectado con el hipotálamo, actúa como el principal regulador de los ritmos biológicos, como los ritmos circadiano, diurno e infradiano. Estos ritmos influyen en los estados físicos, los procesos mentales y los patrones de comportamiento del ser humano. Durante el innerdance, estos ciclos naturales se simulan para permitir a los participantes una profunda sincronización con la música y los ritmos cósmicos. Esta experiencia sincronizada estimula especialmente las ondas delta, theta y gamma en el cerebro. Las ondas delta están asociadas con un estado de conciencia claro, similar a un sueño, mientras que las ondas gamma permiten experiencias trascendentes que promueven la sensación de disolución del ego y conocimientos universales.
La estimulación de estas ondas cerebrales conduce a una mayor neuroplasticidad, lo que puede cambiar los patrones de percepción y generar conocimientos profundos. La menor inhibición latente, que se mantiene mediante la activación de los ritmos circadianos, coloca al cuerpo en un estado de conciencia semivigil, similar a un sueño. En esta fase, las emociones, los recuerdos y las visiones pueden liberarse y entrelazarse. Esto crea condiciones que apoyan procesos de curación profundos y abren la conciencia a energías nuevas y más armoniosas.
El sistema endocrino, que produce hormonas como la adrenalina, el cortisol y la oxitocina, también es sensible a las frecuencias. Las altas frecuencias pueden promover hormonas del estrés como el cortisol, mientras que las frecuencias calmantes pueden aumentar la liberación de oxitocina y contribuir a la regulación del equilibrio hormonal. Especialmente el eje hipotálamo-hipófisis, la glándula tiroides y las glándulas suprarrenales pueden ser influenciadas por las frecuencias.
En resumen, la música en general y la música de innerdance especialmente seleccionada, no solo actúa como una herramienta cultural y comunicativa, sino que activa sistemas biológicos y neurológicos profundos en nuestro interior. Influye en el sistema nervioso autónomo, modula la actividad del simpático y el parasimpático, y así promueve estados que favorecen procesos transformadores y curativos. En la conexión del sonido, el ritmo y la actividad neuronal reside el potencial para expandir tanto la mente como para promover la salud física y emocional.
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https://www.scirp.org/journal/paperinformation?paperid=87146
https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0259312
https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0070156